Hoy hubiera cumplido 73 años el Profesor Licenciado LUIS OSCAR BUJÁN (1947-2009), que fue uno de esos “compañeros del alma, compañero” que eternizara el verso del poeta español, Miguel Hernández.
Quién fue LUIS, el docente e investigador histórico no olvidado por ninguno de sus discípulos, ni de sus íntimos amigos.
Lo he evocado muchas veces, he divulgado sonetos que SdeS., escribiera con motivo de su muerte, prologué su libro cuyo ejemplar me dedicara con estas palabras el 8 de octubre de 2002:” Para Cárlos con la satisfacción de ver con este texto la concreción de sueños compartidos. Un abrazo desde el corazón” y su firma de rasgo breve y enérgico.
Habíamos entonces emprendido la aventura de crear con su apoyo, el Fondo Editorial “Cuadernos del Sáenz” con la publicación de su libro “El Peronismo en la Historia Nacional”, que sufragó de su propio peculio, la Revista-Libro “La Cruz del Sur” que dirigí, y posteriormente los Cuadernos de Ingreso de varios Departamentos de Carrera del Profesorado Sáenz, iniciativa ésta que pudo sostenerse algo más de un trienio.
No describiré en esta nota sus antecedentes académicos. Fueron muchos y de máxima jerarquía intelectual; tampoco todas las universidades e Institutos en donde fuimos colegas integrando cátedras conjuntas.
He dicho en anteriores oportunidades que me acompañó en todas ellas con un espíritu de servicio que nadie pudo superar, y con una humildad conmovedora.
En todo fue superior, y ser fiel a Dios, a la Patria y a sus amigos, su condición de identidad.
Su muerte nos dejó un inmenso vacío. Cuando falleció en el 2009, confieso haberme sentido desamparado. Juntos íbamos cuatro veces de mañana temprano al Colegio Militar, teníamos cátedra integrada en la UCA y en la USAL, por las noches nos veíamos diariamente en conducción y cátedras en el Profesorado Sáenz, e integrábamos el Instituto Histórico Municipal y el Juan Manuel de Rosas local.
Lo había conocido de purrete siendo yo delegado junior de la Juventud de Acción Católica del Centro “Nuestra Señora de la Paz”.
Solo le llevaba cinco años de edad, fue esa mi única oportunidad de aventajarlo, porque en la vida me sacó siempre diez puntos de distancia en todo cuanto se propuso; tal su mérito.
Dale Señor el descanso eterno prometido a los justos, porque LUIS fue un paradigma del hombre de bien.
DIOS en todo y en todos.-
Cárlos Pesado Palmieri