martes, 17 de marzo de 2015

DISCURSO PRONUNCIADO POR EL DR. OSCAR J. DENOVI EN EL 138 ANIVERSARIO DEL FALLECIMIENTO DE JUAN MANUEL DE ROSAS

El Presidente y Secretario del Instituto Nacional Juan Manuel de Rosas, Dres. Alberto Gelly Cantilo y Oscar J. C. Denovi. 







El Dr. Denovi lee su discurso ante el multitudinario público presente, entre los presentes se destacan los miembros del Instituto, Prof. Jorge O. Sulé, Emb. Héctor Flores y Lic. Pablo A. Vázquez.





El público escucha con atención al discurso patriótico sobre el Restaurador.



La guardia de honor integrada por los Granaderos y Policía Federal frente a la bandera nacional.



Sr. Presidente del Instituto Nacional Juan Manuel de Rosas, Dr. Alberto Gelly Cantilo, Miembros de Número presentes, miembros de la Comisión Directiva , socios de la Asociación de Amigos del Instituto Nacional Rosas, oficiales y suboficiales de las Fuerzas Armadas y de seguridad invitados, miembros de las fuerzas armadas que integran la guardia de Honor en este acto, público en general. Como lo hacemos todos los años, los miembros de la Comisión Directiva del Instituto Nacional Rosas, venimos a presentar nuestro recuerdo y agradecimiento a uno de los héroes de la Patria, en el 138 aniversario de su fallecimiento. Su nombre: Juan Manuel de Rosas, que volvió al seno del Creador el 14 de marzo de 1877 lejos de su Patria, en Southhapton, en una chacra criolla asentada en tierra extraña para recordar en vida su lejana Argentina. Había llegado a Plymouth el 25 de abril de 1852, después de un largo tiempo de navegación, habiendo partido de Buenos Aires el 10 de febrero. El Conglict, navegó con sus máquinas hasta el 17 de febrero, pero en ese día se rompieron dichos elementos propulsores, de tal modo que el viaje debió continuar a vela hasta su destino en la isla de Gran Bretaña. 21 disparos de cañón lo reciben a su llegada, y un mensaje de la reina Victoria le informa que no precisa de autorización para vivir en las islas Británicas. Rosas y su comitiva se aloja en el Moorshead’s Royal Hotel en Devonport, ciudad con puerto en Plymouh. Luego de su prestigio adquirido en las actividades ganaderas y agrícolas en la provincia de Buenos Aires, y su incursión en la política provincial en el año XX, Rosas acrecienta su popularidad con ese ejército privado que había formado con sus peones y trabajadores de las estancias que administraba y cuya organización había puesto al servicio de la Provincia de Buenos Aires en 1819/20. Ese prestigio se mantiene y se acrecienta por esos años, hasta que el gobernador Martín Rodríguez decide castigar a los indios que arrasan con el pueblo de Salto y erróneamente atribuye la responsabilidad de los hechos a naturales del sur de Buenos Aires, cuando Rosas basándose en sus conocimientos y experiencia señalaba que la responsabilidad era de los Ranqueles. Rodríguez hizo una campaña punitiva entre los toldos del sur de la Provincia provocando la ruptura de relaciones con las tribus de la región. Rosas se aparta entonces del gobierno renunciando a su cargo en la Milicia Provincial. Cesado el gobierno de Rodríguez, en 1825 Rosas es designado nuevamente en la Provincia y Las Heras le encomienda recomponer las relaciones con las parcialidades alejadas por Rodríguez. Por medio de sus conocimientos con personas influyentes sobre estas parcialidades del sur de la Provincia bonaerense, Rosas convoca a un parlamento a realizarse en Tandil. Allí conviene con las tribus concurrentes al Parlamento la apertura de la frontera sur, que se extendía de sudeste a sudoeste tomando al río Salado como referencia sur, para trazar una línea paralela a dicho río. Además de ello, la creación de localidades en distintos puntos de la Provincia, primero como fuertes, luego conservando su nombre original, o cambiándolos por nombres hoy vigentes. Entre otras ciudades fundadas lo fueron Bahía Blanca, (Previamente Fuerte Fortaleza Protectora Argentina), Junín (Fuerte Federación), Azul (San Serapio Mártir), 25 de Mayo, (Cruz de Guerra), Tapalqué o Tapalquen, etc. Todo este quehacer se realiza entre 1825 y 1828, gozando en este período de su recuperado cargo de Comandante de las Milicias de Campaña, que ya había ejercido hasta su renuncia por la actitud de Rodríguez a raíz del malón ranquelino sobre Salto, producto de la insurrección de estos naturales de su jefe chileno, Carreras, en esos momentos aliado del gobernador  santafesino López. En 1828 se produce el crimen de Navarro. Antes de su consumación Dorrego busca refugio en el campamento de Rosas, al producirse el golpe del 1º de diciembre de 1828. Rosas acompaña a Dorrego en retirada frente  a las fuerzas de Lavalle, pero cuando debían continuar rumbo a Santa Fe en búsqueda de Estanislao López, Dorrego decide hacer pié en Buenos Aires y continúa su camino hasta las cercanías de Areco, donde el Coronel  Escribano lo captura y lo remite a Navarro donde Lavalle lo hará fusilar. Después del crimen de Dorrego, se produce el sitio de Buenos Aires por las tropas federales al mando de Rosas. Previamente, en la batalla de Puente de Marquez, los federales derrotan a Lavalle, y ponen la ciudad de Buenos Aires como prisión del ejército unitario. Es luego de estos acontecimientos que Lavalle concurre sin custodia al campamento de Rosas y se produce el famoso encuentro entre el Jefe Unitario y el Jefe Federal. Finalmente, la columna unitaria emprende la retirada, y se convoca a elecciones. Rosas requiere la restitución de la Legislatura derrocada el 1 de Diciembre a sus funciones, y así se hace, al mismo tiempo que se ejecuta el acto eleccionario. Rosas resulta electo como Gobernador de la Provincia de Buenos Aires y asume en el marco de una manifestación popular donde se recuerda a Manuel Dorrego con el calor de los testimonios federales. Se aboca entonces el flamante gobernador a preparar la Provincia para enfrentar a José María Paz que amenazaba con hacerse del poder de la Nación. Cuando la confrontación era inminente, los ejércitos unitario y federal estaban prestos a iniciar las acciones bélicas, un hecho fortuito impide dicho inicio. El General Paz confunde una partida de reconocimiento federal con una propia, y su caballo es boleado y tomado prisionero. Paz recomienda  a sus oficiales desistir del enfrentamiento y se disuelve la Liga del Interior. Rosas acomete entonces, la organización del país. El 4 de enero de 1831, finalizada las discusiones entre los delegados de Entre Ríos, Santa Fe y Buenos Aires se da a conocer el Pacto Federal. Un mes más tarde, Corrientes que formaba parte de la Liga del litoral junto a las otras tres, se suma al Pacto. Corría ese año 31 con los mejores auspicios, puesto que se conseguiría la unidad de la Patria. Efectivamente, poco más de doce meses después todas las Provincias existentes entonces suscribían el Pacto. Se organizaba el país, saltando por encima de los sueños quiméricos de las fórmulas por la Libertad de los ideólogos de la época. Rosas había gobernado hasta entonces con las Facultades Extraordinarias, y para proseguir en el gobierno de la Provincia exigía continuar con esa atribución. Como existió negativa por parte de la Legislatura para concederle la prerrogativa, Rosas resuelve no hacerse cargo del próximo mandato de gobierno y se aboca a un viejo proyecto: la limpieza de forajidos que asolaban los escasos poblados de la provincia de Buenos Aires, que constituían bandas de asaltantes y raptores y lucraban con el producto de sus pillerías. Organiza una gigantesca expedición al desierto patagónico, y algunas regiones al norte y sur del río Colorado, para la que emplearía tres columnas del ejército. Una partiría de Mendoza al mando de Felix Aldao y transitaría paralelo a Los Andes, otra partiría de Río Cuarto al mando de Ruiz Huidobro, y bajaría en línea recta hacia el sur, y otra al mando de Rosas que bajaría en la misma dirección, transitando por el litoral bonaerense. Esta última columna estaría compuesta por científicos para obtener información de especies vegetales, fauna, composición del suelo, especies ictícolas, condiciones meteorológicas, etc. Estas tres columnas parten de sus respectivos puntos de partida en diversos días, aunque próximos, y tendrá suerte diversa en su recorrido. La columna de Aldao vera interrumpido su camino por falta de pastos y agua después de haber transitado unos doscientos kilómetros. La columna de Ruiz Huidobro, se encuentra con los Ranqueles y los derrota en un lugar de la actual La Pampa, pero después de ello no podrá proseguir por las mismas razones que las de Aldao, falta de pastos y agua. La única que alcanza sus objetivos prefijados es la de Rosas, que se asienta en un paraje de la actual Provincia de Buenos Aires, cercano a la margen izquierda del río Colorado, denominado Médano Redondo. Ese será el punto de partida de diversas incursiones del ejército sobre territorios al noroeste y suroeste del río. Así se eliminará las bandas lideradas por Chocorí uno de los jefes más significativos de esta época, que internaba en Choele Cohel los ganados robados por los malones, donde los hacían invernar, para luego llevarlos a Chile donde eran vendidos a comerciantes ingleses principalmente. También la marina argentina participa de esta columna realizando investigaciones hidrográficas en el río Colorado y apoyando las incursiones terrestres. Ademá, remontando el Limay, llegó a incursiona en  el Lago Nahuel Huapí. El resultado de esta expedición fue el rescate de un número considerable de cautivas y hombres secuestrados, la recuperación de vacunos y la eliminación de las bandas de forajidos indígenas que asolaban las poblaciones del sur  argentino. El 25 de Mayo de 1834, a orillas del arroyo Napostá Rosas Licencia la tropa que compone este ejército a las tierras del sur. Rosas proseguirá su camino hacia Buenos Aires, donde lo espera un pueblo agitado por la anarquía que se ha vuelto a adueñarse de la ciudad. Durante el año anterior, Gonzalez Balcarce había sucedido a Rosas en el gobierno de la Provincia y los manejos del General Martínez, Ministro de guerra del gobierno, había obstaculizado el avituallamiento del ejército que se había dirigido al sur. Esta actitud hostil obedecía a la rivalidad que Martínez tenía con respecto al Restaurador, y que se compadecía con la posición política de los cismáticos o “lomos negros” que dominaban el gobierno. La Revolución de los restauradores, 11 de octubre de 1833, puso fin a su gobierno. Viamonte sucede a González Balcarce, electo por la legislatura, pero su gobierno no pudo dominar las costumbres anárquicas que habían renacido meses antes. Viamonte renuncia y abandona el gobierno, y el 1 de octubre de 1834, Vicente Maza presidente de la Legislatura asume interinamente como gobernador.  Rosas, había declinado el desempeño del cargo de Gobernador en cuatro oportunidades. Un conflicto en el norte, provocará la convocatoria de las personas más destacadas a una reunión en la Hacienda de Figueroa. Estas fueron Rosas, Quiroga, Maza, Terrero y otros. En esa reunión se conviene en encomendar a Facundo Quiroga una misión conciliadora para pacificar el enfrentamiento entre gobernadores. En esa Hacienda se compromete Rosas en redactar la Carta de la Hacienda de Figueroa que servirá a Quiroga para cumplir con su misión, que finalmente no alcanzara su fin por la muerte de uno los protagonistas, Latorre. Zanjado ese conflicto, sobrevendrá tiempo después, el 16 de febrero de 1835, la muerte de Facundo Quiroga a manos de una partida de federales santafesinos, comandados por un oficial de Santa Fe.Rosas será quien descubre la conjura y dirige la investigación que da por resultado el ajusticiamiento de los culpables encabezados por Reinafe, gobernador de Santa Fe y un hermano. Rechazadas las propuestas de asumir la gobernación de la Provincia, Rosas exige la realización de un Plebiscito para asumir la gobernación. Este acto por el que se compulsa la opinión de la población en condiciones de votar en la ciudad y los sectores rurales, resulta favorable a Rosas y se realiza el 23 y 24 de marzo de 1835. Conocido el resultado, ampliamente favorable a Rosas, asume su segundo gobierno. En esta época Rosas goza de una gran popularidad. Una corriente de pensamiento americanista y argentino domina en la sociedad de la reina del Plata. Pero la acción de Francia habrá de torcer el rumbo de los acontecimientos en el Río de la Plata. Tiene aquí cabida el acontecimiento que se desarrolla en la Banda Oriental, a partir del 16 de julio de 1836. En esta fecha se subleva el general Rivera contra el Presidente electo Manuel Oribe. Pero Oribe derrota a Rivera y sus secuaces acaudillados por Lavalle, en la acción de Carpintería. (Por los distintivos de ambos contendientes en esta acción, se crearon los partidos blanco, de Oribe, y colorado, de Rivera en Uruguay.) Este acercamiento en ambos bandos, determinará la alianza entre Rivera y los emigrados argentinos, y entre Oribe y las fuerzas federales. La intervención de Francia en la lejana cuenca rioplatense se concreta. Sea por pretender reactualizar viejos planes de dominación previstos en el pasado cercano por militares franceses, o por pretensiones de políticos franceses lo cierto es, que la Francia de Luis Felipe se complica en las luchas rioplatenses mezclándose en la guerra argentino – boliviana de 1836 /37 y el conflicto argentino-uruguayo de 1838 – 1850. Esto dará lugar al bloqueo francés al Río de la Plata de octubre de 1838 a noviembre de 1840, su continuación en la intervención Anglo francesa de 1845 – 46 y sus respectivos finales diplomáticos , con Francia  en 1840/50 ,y con Gran Bretaña en 1845/1848. La alianza que se establece entre unitarios emigrados en Montevideo y los opositores a Lavalleja, General argentino de origen Oriental, uno de los integrantes de los “Treinta y tres orientales”, al igual que Oribe y el propio Rivera, aunque este último mostró muy tempranamente sus flaquezas por sus ambiciones desmedidas. (Se sumó en 1818 a los invasores portugueses de la Provincia Oriental, y adquirió el título de Barón de Taenarimbó con que lo premió el Emperador Portugués en ese año, por sus servicios.) Formalizada la reunión de los ejércitos contra Rosas en mayo de 1837 se inician las operaciones enfrentándose los unitarios argentinos contra Oribe en la frontera con Brasil. Sin duda, los peores años que afectan a la Confederación son los que se inician en 1838, por incidencia de todos los contratiempos señalados hasta aquí y en la que los unitarios y sus aliados intervienen con las armas o con instrumentos comerciales que afectan la economía de argentina. Casi dos años enteros habrán de pasar bajo el bloqueo francés, y lo que se inició como una protesta que pretendió ser diplomática, pero fue un verdadero acto de guerra de la prepotencia francesa, abandonada el 30 de octubre de 1840 por la firma del tratado Arana Mackau, en la que Francia reconoció el derecho argentino en la disputa. Pero aliados con los emigrados argentinos y con fuerzas francesas ocupando Montevideo, - era la ciudad un territorio extranjero con ciudadanos mercenarios provenientes de Europa – los enemigos de Rosas se afianzaron en la creencia de la segura derrota del “tirano”. Hasta la llegada de la flota inglesa con la que se conformará el bloqueo Anglo Francés y la guerra del Paraná, la flota Francesa tendrá presencia en el Río de la Plata. Cuando la Gran Bretaña se hace presente en el estuario, hostiliza en diversas maneras a la flota del Almirante Brown, que estaba bloqueando a Montevideo. Finalmente termina esta situación en la captura de la flota Argentina, a la que Brown no opone resistencia por expresas órdenes del Restaurador. Advierte entonces que sin control en las aguas, los aliados europeos navegarán el Paraná en procura de tierras superiores de nuestra geografía. Es entonces que ordena a la flota de río, estacionada en Martín García que se dirija al río Paraná y hasta prevé que los barcos traigan piedras de la isla para entorpecer la navegación. Es así como luego el General Mansilla concibe las cadenas cruzando el río en la Vuelta de Obligado, para impedir que la flota continúe río arriba.  Sucede la enorme batalla de Obligado con el derroche de sangre que en ese lugar se produce por parte de nuestros efectivos. Se inicia la guerra del Paraná, que continuará en sucesivas Batallas y encuentros con intercambio de disparos de artillería y fusilería cada vez que un barco pasa frente a una localidad con asiento de artillería, o un lugar donde previamente, o simultáneamente ha concurrido la artillería volante para vomitar fuego y metralla sobre el enemigo. Después del 4 de Junio de 1846, fecha en que en la Angostura del Quebracho (provincia de Santa Fe) la artillería de la Patria produce un fuerte castigo a la flota en retirada, no se producirán más encuentros bélicos con a flota combinada. Solo continuará el sitio de Montevideo por fuerzas de tierra de la Confederación, hasta que el Ejercito Grande avanza sobre Buenos Aires y se produce la batalla de Caseros. Es el 3 de febrero de 1852.
Oscar J. C. Denovi
Una vista del acto donde participaron entre otros Alberto Gelly Cantilo, Jorge Oscar Sulé, Héctor Flores, Guillermo Masciottra, Carlos G. Frontera y Miguel A. Lentino..