El 7 de agosto de 1547 falleció San Cayetano en Nápoles. El Santo de la Providencia, Patrono del pan, de la salud y del trabajo, tan venerado en nuestro país, había nacido en Vicenza el 1° de octubre de 1480 hace 540 años. Fue beatificado en 1629 por el Papa Urbano VIII y canonizado en 1671 por el Papa Clemente X. Fue el último de los tres hijos del conde de Thiene, militar que falleció cuando él tenía solo 12 años y su madre la condesa María Da Porto se hizo terciaria dominica. Se lo llamó Cayetano que era el nombre de un tío recién fallecido que era un canónigo que enseñaba Derecho en la Universidad de Padua. En 1504 se recibió de Doctor en Derecho Civil y Canónico y en 1506 trabajó en Roma junto al Papa Julio II. En 1515 fue ordenado sacerdote a los 35 años. En 1522 volvió a su ciudad Vicenza y fundó en Venecia un hospital para enfermos incurables. Se dedicó a luchar contra la Reforma Protestante y servir a los pobres. En 1524 fundó con el Papa Pablo IV la Orden de los Clérigos Regulares que debían vivir únicamente de las limosnas que los fieles les ofrecieran espontáneamente para renovar el espíritu y la labor misionera de los sacerdotes. San Cayetano junto con San Ignacio de Loyola y San Felipe Neri fueron los fundadores de la Contrarreforma Religiosa siguiendo las enseñanzas del Concilio de Trento. La devoción a San Cayetano la llevan a Santiago del Estero los padres jesuitas donde nació en 1730 la Beata María Antonia de la Paz y Figueroa quién vino caminando a la ciudad de Buenos Aires donde en 1795 comenzó a construir la Santa Casa de Ejercicios que se encuentra en las calles Independencia y Salta que puso bajo la protección de San Cayetano. El 16 de agosto de 1892 se puso la piedra fundamental del Santuario de San Cayetano en el barrio de Liniers que se construyó por suscripción popular y en 1902 el Arzobispo de Buenos Aires Monseñor Espinosa inaugura la iglesia y en 1913 se la declara parroquia. En 1937 se amplió el templo. El 7 de agosto de cada año largas filas de hasta 4 kilómetros de 50.000 fieles visitan el Santuario de San Cayetano. Este Instituto Nacional ruega a San Cayetano en estos tristes tiempos de pandemia por coronavirus que acompañe al pueblo argentino y que ayude a los pobres, socorra a los necesitados y otorgue el tan necesario pan y trabajo.